¿QUÉ ES LA ANSIEDAD?

La ansiedad patológica se puede definir como un estado emocional desagradable en el que hay sensación de peligro amenazador, con malestar, tensión o aprensión.
La causa, generalmente, es un conflicto psíquico inconsciente.
Está acompañada de un patrón característico de descarga del Sistema Nervioso Autónomo con: disnea, taquipnea, palidez, sequedad bucal, hiperhidrosis y síntomas músculo esqueléticos (temblor, debilidad, etc.). Hay diversos tipos de expresión de la ansiedad, que los clínicos dividimos en dos categorías principales, aunque las manifestaciones sintomatológicas pueden estar mezcladas y difusas:

• Crisis de ansiedad o pánico: Es una ansiedad extrema, aguda e intensa con desorganización de la personalidad. Se trata de una descarga masiva del sistema βadrenérgico, de forma súbita, diurna o nocturna, con palpitaciones (80%), disnea (70%), y miedo a la muerte (65%), además de otros síntomas.

Frecuentemente se termina abusando de alcohol y otros tóxicos, para mitigarlas, y pueden acabar provocando depresión. Si se repiten o persiste el temor a la recaída, hay que buscar ayuda profesional para atajarlas.

• El Trastorno de Ansiedad Generalizada: Es un “equivalente” de ansiedad flotante con sentimiento de alerta, irritabilidad, tormento, hipersensibilidad y síntomas concomitantes: diarrea, ansiedad de comer, visión borrosa, fatiga, urgencia urinaria, etc.

Se trata de una ansiedad crónica persistente, de duración mayor a 6 meses.

Hay que descartar enfermedades médicas en su causa, como los trastornos tiroideos o paratiroideos.

En cualquier caso, se recomienda contactar con vuestro médico de atención primaria para que os indique las pautas correspondientes o si precisáis ser  derivados al especialista de salud mental.

Os añadimos una guía rápida de manejo de la ansiedad, elaborada por Osakidetza, que os será muy útil si padecéis esta patología.